viernes, marzo 16, 2007

LA AVENTURA DEL ESPÍRITU (IV) , de la obra "El Parto de Dios"

LA AVENTURA DEL ESPÍRITU (IV)

La otra gran religión india y china es el Budismo, la creación de Buda, el Bodhisattva Shakyamuni (el sabio de los shakyas) que a la edad de treinta y cinco años alcanza la iluminación, la inteligencia suprema, el Bodhi.
En el budismo original, la transmigración, como creencia de la supervivencia de un alma personal, persistente a través de sus avatares, es ajena al mismo. Por el contrario es la transmigración de las causas y los efectos que dan lugar a linajes de seres sucesivos, sin lazos permanentes que los liguen uno a otro, lo que el budismo original afirma. Es por ello por lo que la causalidad búdica no tenía nada de categoría moral, era un mecanismo universal de carácter automático.
La predicación fundamental de Buda está cimentada en las "cuatro verdades sublimes": 1ª) Toda vida es dolor; 2ª) El origen del dolor es el deseo; 3ª) La liberación del dolor se obtiene mediante la cesación del deseo; 4ª) El camino que conduce a la liberación del dolor es la senda de los ocho ramales, a saber: la visión recta, el juicio correcto, la palabra correcta, la acción correcta, la justa vocación, la energía bien empleada, la memoria correcta y la correcta meditación.
Buda ("aquel que es totalmente consciente") nació alrededor del año 560 a.C. con el nombre de Siddharta Gautama. Fue, más o menos, contemporáneo de Heráclito y Pitágoras, de Zoroastro, de Lao-Tsé y del profeta jain Mahavira.
Los libros sagrados budistas proporcionan el contenido de lo que los mismos budistas denominan globalmente la Triple Canastilla o Tripitaka. De las tres partes, una es la de las predicaciones, o sutras; otra, la de la ciencia, o vidaya; y la tercera la de la metafísica o adhidharma.
El nirvana, término que literalmente significa la extinción, es un estado imaginario definitivo del ser y meta suprema del Buda.
No se trata de una extinción corporal, pues, subsiste el hecho de que el nirvana búdico y la muerte física no coinciden necesariamente, puesto que, para el budista, el hombe puede alcanzar el nirvana mientras todavía vive. En el momento de su muerte, se producirá el pari-nirvana, o el nirvana total, como fue el caso del mismo buda. El resultado: ninguna nueva vida podrá resultar de esta vida perdida; se ha encontrado la redención definitiva.
Según William Mackenzie: "la redención preconizada por la doctrina búdica original sólo se prestaría a ser interpretada lógicamente, en mi opinión, como una liberación progresiva, no de las personas, sino del Universo, concebido como un ser viviente global".
La doctrina de Buda ignoraba la noción de Dios, por ello el Mahayana o "gran vehículo" (el budismo primitivo se llama Hinayana o "pequeño vehículo") introduce la idea de Dios en el sistema. El teísmo búdico especula sobre la idea de que la aparición de un Buda terrestre procede de una realidad oculta, eterna, transcendente, de la cual por emanación provendría el propio Buda. El desarrollo de este pensamiento desemboca en un dogma trinitario, el Trikaya. Éste, llamado del "triple cuerpo", tiene por única base el bodhi, el conocimiento, del que el Mahayana hace un principio metafísico que puede manifestarse bajo tres aspectos diferentes. El primero es el del ser único y verdadero del mundo impregnador de todas las cosas, sustancia eterna e indestructible, oculta traslas apariencias perecederas.
Cuando esta sustancia surge y toma forma dentro de la evolución del mundo, da lugar al segundo aspecto del Trikaya, la aparición de Buda. El Buda histórico sería el último ejemplo de tales apariciones. Otros Budas le sucederían, hasta que al final de los tiempos, tenga lugar la encarnación de un Mesías, de Maytreia, que traerá a los hombres la redención y la salvación eterna.
El tercer aspecto del Trikaya es la forma bendecidora y benefactora del Bodhi (parecido al Espíritu Santo cristiano), que por la intermediación de Buda actúa sobre los creyentes asegurando la salvación de la comunidad.
Y aparece la doctrina del Bodhisattva. Shiddarta Gautama era ya bodhisattva (antepenúltima etapa para convertirse en Buda) antes de alcanzar el bodhi, el conocimiento, para convertirse en Buda. Muchos bodhisattvas renuncian voluntariamente a recorrer la última etapa que les llevaría a Budas, permaneciendo como bodhisattvas, por su infinita compasión por los sufrimientos de los hombres, socorriendo durante mucho tiempo y de todas las formas posibles a los seres vivos, haciéndose así protectores de los hombres (si por el contrario, se transformasen en Budas, en el Nirvana cesaría toda existencia y por tanto su actividad). Así, estos bodhisattvas vivirían en los cielos, entronizados en la gloria divina, en torno a un Buda, cual un Dios rodeado de sus santos. Su compasión hace que los bodhisattvas abandonen el cielo y aparezcan en la tierra, encarnados de diversas formas, cual ángeles salvadores.
Con todo ello el budismo se ha hecho una religión profundamente humana, basada en el amor y la compasión.
La doctrina del Mahayana favorece una inclinación hacia el mundo, recomendando una lucha desinteresada contra el mal. Contra el principio negativo y pesimista del mal (doctrina primitiva), se alza el principio opuesto del bien.
El budismo tibetano emana del Mahayana profesado por una escuela del norte de la India llamada Tantra (la regla, el ritual). Dentro de las prácticas populares del tantrismo aparecen la magia y los milagros, la autoridad de los sacerdotes, el erotismo religioso y las fantasías supersticiosas. Este budismo tibetano acabó afianzándose sobre unos cultos indígenas de la naturaleza y los espíritus.
Mas no fue la doctrina búdica en sí misma la que permitió sobrevivir al budismo durante más de dos mil años, sino la personalidad de Siddartha Gautama, dotada de una convicción profunda y una inigualable fuerza de sugestión, la de un verdadero maestro.