sábado, abril 21, 2007

LA MUERTE Y SU SUPERACIÓN (III)

LA MUERTE Y SU SUPERACIÓN (III)

La fase de "muerte y renacimiento" es el fin y la resolución de la "lucha de muerte-renacimiento". El sufrimiento y la agonía terminan en una especie de aniquilación total, tanto física como emocional, intelectual, moral y transcendental. Es lo que se denomina "la muerte del ego", y equivale a la destrucción instantánea de todas las referencias anteriores del individuo. Y a la aniquilación le siguen imágenes de la luz blanca o dorada brillante, con una sensación de descompresión y liberación. Los individuos hablan de redención, salvación, moksha o samadhi. Aparecen gran cantidad de imágenes de apertura gloriosa de los cielos, destrucción del infierno, etc. Para el chamán a la aniquilación y desmembramiento le siguen la ascensión a los terrenos celestiales con un cuerpo nuevo. En las mitologías de muerte-renacimiento es la resurrección del dios sacrificado.
En fin y como resumen, todas estas experiencias psicodélicas descritas son comparables a las etapas del proceso de nacimiento. En la situación normal, sin estímulos nocivos, al nacimiento, la relación entre feto y madre se acerca a lo ideal, hay un sentimento maravilloso de protección y seguridad con todas las necesidades cubiertas. Equivale a la experiencia mística de la unidad cósmica, caracterizada por sentimientos de estar fuera del espacio y el tiempo, visiones de transcendencia cósmica, felicidad sublime, etc. Las visiones típicas de esta experiencia de la unidad cósmica representan ciudades celestiales, paraísos, seres divinos radiantes, etc. También aparecen escenas acuáticas y oceánicas o galácticas. Como en los casos anteriores estas imágenes provienen del inconsciente colectivo.
También existen otras categorías de experiencias psicodélicas calificadas de transpersonales, en las que el individuo se identifica con personas, animales y otros seres. Algunas de estas experiencias pueden interpretarse como una regresión en el tiempo, hacia el propio pasado espiritual y biológico. En este sentido, muchos pacientes relatan experiencias a nivel de consciencia celular cuando no eran más que óvulo en el momento de la concepción. Si la regresión retrocede aún más, el individuo tiene la impresión de revivir acontecimientos que se remontarían a sus antepasados, y hasta el mismo inconsciente colectivo. (Esto a veces se ha identificado con encarnaciones anteriores). Y ahondando más, algunos creen conectar con la conciencia de toda la creación, o del mismo universo.
El traspaso de los límites del espacio y no del tiempo lleva a la consciencia de las diversas partes del cuerpo como los órganos, tejidos e incluso células.
La experiencia psicodélica está impregnada, también de muchas visones arquetípicas como dioses y demonios o el entendimiento intuitivo de los símbolos universales. A veces se identifica o sincroniza con la mente universal que en el final se asemeja al vacío primordial de la existencia germinal.
La Ciencia ha llegado a la conclusión de que las experiencias del cielo y el infierno son frecuentes en el enfrentamiento del paciente con la muerte biológica, lo que sugiere, como dijimos al principio del capítulo, la modificación de nuestra actitud ante la mitología escatológica.
En la mayoría de las culturas aparte de las imágenes del cielo y el infierno, adquiere mucha importancia lo que se denomina el viaje póstumo del alma. Y es que no se accede al destino final con facilidad, pues primero han de superarse una serie de aventuras, pruebas o juicios. Las fases de este viaje póstumo también pueden representarse como secuencia de estados mentales.
Para hiduistas, budistas y jainistas el viaje se configura dentro de unos esquemas cosmológicos y ontológicos que contienen ciclos de renacimiento (reencarnaciones individuales y la ley del karma).