domingo, noviembre 25, 2007

EL PAPEL DEL INCONSCIENTE EN LA FORMACIÓN DEL SER (I)

EL PAPEL DEL INCONSCIENTE EN LA FORMACIÓN DEL SER (I)


El hecho de que las rutinas acaben siendo inconscientes, nos hace imaginar que gran parte del inconsciente en el pasado ha sido consciente. Es decir, a lo largo de un proceso temporal el inconsciente se habría incrementado a costa de antiguas rutinas inicialmente conscientes. ¿No tendrá que ver algo el hipnotismo con esto?... Y es que este último nos hace ser conscientes, o estar pendientes del "objeto" indicado por el hipnotizador, olvidando todo lo demás, a veces, al parecer, hasta el sentimiento de nosotros mismos, de nuestro "yo". ¿No sería el animal una especie de ser hipnotizado, despierto para la acción pero, sin embargo, no consciente de sí mismo, o sea, de su propia naturaleza?
La critura humana ha logrado el más fundamental hito: "Encontrarse a sí mismo". El hombre aparece instalado en su "mismidad", quizás demasiado cómodamente, pues se ha acostumbrado a olvidar muchos de los campos de su actividad consciente para trasladarlos a su inconsciente. El inconsciente se muestra, en multitud de ocasiones muy inteligente, como reflejo de aquellas antiguas actividades otrora perfectamente ensayadas y estudiadas en el pasado por la consciencia.
Pero, ¿el inconsciente engloba sólo recuerdos de un "pasado" consciente, o acumula, también, aspectos que proceden de otras esferas? ¿Quizás del futuro?
Creemos que el inconsciente es nexo de unión entre una conciencia sometida al reinado espacio-temporal físico o material y el universo sin límites fuera del espacio y el tiempo. El inconsciente abre a la consciencia la posibilidad de escudriñar en un universo que le es extraño y desconocido: el universo de lo inmaterial o espiritual.
Las criaturas inmateriales se comunican de una forma no física, en este sentido podríamos hablar de "extrasensorial", aparte, por supuesto, de la sometida a los sentidos, única que puede "comprender" nuestra consciencia espacio-temporal. Esta comunicación fuera del tiempo (del espacio-tiempo) está en el dominio del inconsciente, por ello la información obtenida por esta vía no puede ser usada o manejada conscientemente. (Un método útil para obviar este inconveniente, sería relajar dicha consciencia de forma que nos olvidáramos de nosotros mismos, por ejemplo).
La conciencia, fantástico adelanto de la naturaleza, es un inconsciente replegado sobre sí mismo, que en vez de fijarse fuera lo ha hecho "dentro" de sí.