lunes, diciembre 03, 2007

EL PAPEL DEL INCONSCIENTE EN LA FORMACIÓN DEL SER ( y III)

EL PAPEL DEL INCONSCIENTE EN LA FORMACIÓN DEL SER (y III)


La complejidad cortical del cerebro humano permite la imbricación entre la consciencia de lo externo y la de su propia interioridad. Las continuas relaciones entre lo exterior a sí y su "mismidad" crecen, hasta llegar a un momento crucial, misterioso y fantástico en que una chispa de su mente le hace comprender, de una manera consciente, su propia realidad. Entonces, en dicha criatura se produce una dualidad entre los sentimientos originales (naturaleza animal) de su principio de conservación y el sentimiento de una libertad que acaba de nacer dentro de sí, una libertad que le hace apetecer y sentir "algo" distinto al simple placer, un nuevo sentimiento que, tal vez, sea el amor en todos sus diferentes matices y formas.
En el texto de referencia (Ciencia, Filosofía, Religión. Una visión armónica), en "La armonía al descubierto", se dice: "La asunción de la propia naturaleza tiene características de verdadera "creación propia" de dicha naturaleza. Es cierto que la Evolución ha desarrollado el cuerpo que nos sustenta y que supone la potencialidad necesaria para el paso del umbral de la conciencia, pero éste no es la "naturaleza" de que hablamos. La "naturaleza" propia es un "ente inmaterial" construido a caballo del tiempo y fuera de él. Cada acción volitiva en cuanto a la parte de asunción de nosotros mismos, con su componente de dolor, placer y trabajo que conlleva puntualmente, en cada momento presente, "crea" nuestra naturaleza. Y es ella misma, con la unicidad que le proporciona su "mundo" del inconsciente, la que "actúa" en cada uno de nuestros actos".
Y más adelante, continúa: "El sentido del universo material es el de la transformación de la Nada original en los distintos seres creados a lo largo de los ciclos evolutivos (si se supone el universo como una serie de ciclos de explosiones e implosiones -Big Bang y Big Crunch-). Los diferentes "componentes" de esa Nada son "sacados" del universo a través de la asunción de su propia naturaleza "autocreada", por medio del "impulso" de Dios.
Los aspectos internos (subjetividad) y externos (objetividad) que acompañan a todo ser vivo son dos formas de definir el "fenómeno" que supone la realidad.
Ambos aspectos son reflejo de la dualidad que representa la imperecedera "unicidad" del ser y la variablidad manifiesta de su apariencia exterior, como simbiosis de una criatura definida tanto sobre el mismo tiempo como fuera de él.
La propia naturaleza del ser es una construcción hacia sí mismo, sólo alcanzable por la subjetividad. La información externa, motor de la Evolución, es la única realidad objetiva reconocida por la "Ciencia".