sábado, septiembre 27, 2008

LA ATEMPORALIDAD DEL SER (y III)

LA ATEMPORALIDAD DEL SER (y III)


Corolario: "Los seres no están en una reencarnación, en la rueda de las reencarnaciones, como resultado de no poseer la "potencia" suficiente para alcanzar la divinidad... Todo lo contrario, los seres están "dentro de la divinidad" siempre, y no necesitan de esa rueda o cadena de reencarnaciones, ni siquiera el Ser más "insignificante", menos complejo o menos desarrollado".
Al morir cualquier Ser, lo único que queda descompuesto con su cadáver son los "nexos" de conexión con los demás seres, que igual que él están en "período de autocreación". Pero el Ser "completo a su muerte" es imperecedero y parte intrínseca de Dios en la llamada Unidad Múltiple... ¡Identificación sin pérdida de personalidad!
Cabe entonces una verdadera rectificación a nuestra postura expuesta en obras anteriores a "Superego", puesto que no "eleva de nivel" un ser superior a los inferiores (permitiéndoles así entrar en lo que llamábamos Cuerpo Místico). Ese "nivel" lo tenía ya cada Ser, mejor, más que nivel, la "potencia" de la atemporalidad dentro del "Cuerpo" del mismo Dios, de la Unidad Suprema. La finitud, la caducidad de los seres es ficticia... ¡La muerte es la liberación de las cadenas-nexos (universo físico material), que se esfuman para cada Ser como un mal sueño!
La llamada "quiebra de la evolución" (que establecimos en ensayos como "Nada y Dios", etc.) ha de ser interpretada ahora en el sentido de que es la autorreflexión del hombre la que le hace no ascender a la eternidad (algo sustancial para todos los seres), sino consciente de su papel como hijo de Dios en el universo material y por ello copartícipe en su labor creativa: ¡Nos hemos hecho creadores!
La pervivencia y reiteración en la idea de reencarnación es una reminiscencia como meme de la filogenia humana, revivida por los procesos de "rememoración del nacimiento" y otros anteriores.
El universo es movimiento continuo, y la agrupación momentánea o temporal del sistema que forma el cuerpo de un Ser, tarde o temprano, en su movimiento se deshará, se descompondrá, pero esa sólo es la "vestidura" del Ser (aunque una vestidura tan especial que le ayuda a autocrearse). En el mundo de los seres no existe el tiempo, y por tanto el movimiento, así que no hay posibilidad de descomposición, entre otras cosas porque el Ser se alimenta de amor y el amor no es un compuesto.

miércoles, septiembre 24, 2008

LA ATEMPORALIDAD DEL SER (II)

LA ATEMPORALIDAD DEL SER (II)


Mas este "paralelismo" entre universo y Dios, no puede extenderse de igual modo al caso humano, al espíritu humano, por cierto, error muy frecuente que ha contribuido en gran medida a la confusión de ideas del momento actual.
El espíritu del hombre no es su presencia material en el universo, ni tan siquiera el conjunto de su historicidad (desde el nacimiento a su muerte).
"El universo no hace limitado a Dios", ni siquiera el conjunto ilimitado de posibles universos... Ambos serían infinitos, ilimitados.
Pero el hombre en su historicidad es limitado, acotado, finito... y, ¿quién dice que el espíritu humano sea finito?... Aquí el paralelismo falla. La materialidad del universo no "parece" acotar el Espíritu de Dios... Mas la "materialidad" de la "historicidad" del cuerpo humano, sí acota el espíritu humano, lo limita... ¡El espíritu humano sobrepasa con creces los límites de la materialidad del cuerpo!
El espíritu humano en su "interioridad profunda" es parte de la subjetividad absoluta de Dios, y por tanto, atemporal (fuera de la materialidad del espaciotiempo). Ello equivale a una "deificación" del mismo: ¡una subida de nivel desde lo limitado, lo finito, a lo infinito temporal de lo atemporal!
La esencia humana (el espíritu humano) necesita de su presencia en el universo para su "autocreación", presencia finita, material, de toda su historia... La presencia en el universo es finita, pero crea una naturaleza, una esencia que no lo es... El nivel finito de la presencia del hombre (todo es finito dentro del universo material), no significa nada más que el "entrecruzamiento" necesario, o los nexos entre los distintos seres para que pueda ser posible la autocreación de su naturaleza, pero esos nexos no son la "sustancia" del espíritu, diríamos que verdaderamente no tienen nada que ver... Y es que, ya no el hombre, sino todos los seres son en su interioridad profunda atemporales, como "componentes" insustituibles de la "Subjetividad Absoluta". (Realmente todos los seres en conjunto "equivalen y conforman" la Subjetividad Absoluta -es la propia definición de esta última).

viernes, septiembre 19, 2008

LA ATEMPORALIDAD DEL SER (I)

LA ATEMPORALIDAD DEL SER (I)


La maravilla del universo provoca tal admiración que incita a identificar al mismo con la fuerza que lo hizo posible (aún cuando para algunos dicha fuerza reside en sí mismo), así se produce una identificación entre las mayores potencias posibles: Dios y el universo. La Ciencia es (veladamente) uno de los sostenes de tal postura; por ello y para no suponer la existencia de tal Criatura (y es que en el fondo la Ciencia es profundamente materialista, atea), se trata de imaginar un sistema o una teoría en la que no sea necesario un "motor inicial", por el contrario, todo sería producto del "puro azar", y este azar es, por supuesto, totalmente "materialista"... Más, el cómo se llegó a ese punto, llamémosle vacío primordial, o cualquier otro supuesto origen deducido del simple azar, ni siquiera se aborda, simplemente se obvia del entorno de la Ciencia.
Y en verdad pudiera identificarse ese universo, que considerado en conjunto, en toda la flecha del tiempo -pasado, presente y futuro- es prácticamente infinito en el tiempo, e infinito en el espacio, al poder aparecer nuevos big bangs en cualquier localización ( o lo que pudiese asimilarse a tal), con la infinitud del mismo Dios; más si consideramos el maravillosos ajuste entre todas las constantes y magnitudes físicas. Pero Dios, una vez establecido tal paralelismo (con el que, digamos desde ahora, no nos sentimos identificados), no sería el universo "presente" actual, sino todo el universo (sumado a todos los posibles universos) histórico pasado y el del futuro.

viernes, septiembre 12, 2008

EL INCONSCIENTE VIVIFICADOR DE LAS IDEAS (y II)

EL INCONSCIENTE VIVIFICADOR DE LAS IDEAS (y II)


La clave, pues, sería en cierto modo la identificación de tales ideas con el concepto que hemos establecido de "representación". Esto significa que la "encarnación" de la idea tiene como vehículo el inconsciente, tal como ya hemos comentado, lo que se va estableciendo a lo largo de la filogénesis de la especie y hasta del propio individuo; buena parte del "inconsciente colectivo" habría sido construido a partir de este hecho.
Al menos en el hombre existe otra "manera" en que las "ideas se encarnan" en la estructura humana que tiene que ver con la sofisticación de su órgano cerebral y el sin fin de facultades, muchas aún no descubiertas, que posee y que hace posible que esa "incorporación de ideas" (representaciones) adopte una variedad de formas. Pero en toda verdadera asimilación de ideas existe en el fondo una actitud que propicia una cierta sensación o sentimiento; sabemos por experiencia que es así como se afianza eficazmente el aprendizaje, o incorporación de outputs, sumamente eficaz, repito, si interviene aquel "darse cuenta" y el propio entendimiento. Por ello, "el recuerdo", en su manifestación, viene siempre "impregnado" de esa componente de afectividad, que es lo que queda de la huella de sensaciones y sentimientos existentes en el momento del "marcaje" en la memoria.

jueves, septiembre 04, 2008

EL INCONSCIENTE VIVIFICADOR DE LAS IDEAS (I)

EL INCONSCIENTE VIVIFICADOR DE LAS IDEAS (I)


Dentro del conjunto de ideas que ocupan las mentes, hay una básica que existe desde el primer ser vivo hasta el mismo hombre, que es el "yo", primera idea de dicho ser vivo y que sigue conservándose como "yo" aún en el propio hombre, aunque eso sí compartida con la otra multitud de ideas o representaciones que anidan en la mente humana.(Este yo no sería, en el caso general, el altamente estructurado propio de la criatura humana).
El psiquismo sería la fuerza básica u original que existe en el fondo de toda criatura (algo así como el inconsciente). La mente es el "universo de ideas" de un cerebro -también, por supuesto, donde se "mueve" esa otra idea, el yo. Pero la mente no es patrimonio exclusivo del yo, es más, alguna de tales ideas pueden "desplazar" al yo (no anularlo, quedando este último como aletargado).
Quien "enciende" las ideas -las pone en movimiento- es el psiquismo básico profundo, no el yo. El cerebro es el órgano que responde más a su visión objetiva (desde fuera). La mente es la mirada del mismo desde dentro. Y esa "mirada" es la que corresponde al yo.
Es, pues, el inconsciente "quien da vida" a las ideas (o representaciones del interior del cerebro, asimilable a la memoria): ¡El inconsciente es un sumidero de ideas "vivientes"!... Esta es, por consiguiente, la clave de la "vivificación" de las ideas, considerando tales ("vivientes") aquellas "capaces de mover a los cuerpos".
El inconsciente de un ser vivo es capaz de "incustrar en la materia" (o "traer a la vida") a las ideas. (En el hombre, muchas veces creemos que es el "entendimiento" quien "trae las ideas" a la mente, es decir, las hace "reales", pero no es más que un espejismo, pues hasta que la idea se transforma en representación -lo que requiere un cierto sentimiento o una toma de posición- no adquiere "vivificación"). Y el proceso se inicia cuando el primer bit de información "siente" su propia existencia en los mismos orígenes del universo. Toda idea "materializada" ya posee en sí el sentimiento de conservación (esta es la característica original del meme) -lo que representa una "tendencia a la inmovilidad" en un mundo que internamente tenga definido el movimiento, cual el mundo material-, por eso pugnará por "conservarse" en la mente (su verdadero universo).