miércoles, julio 30, 2008

DIFERENCIAS ENTRE YO Y SÚPER YO (y V)

DIFERENCIAS ENTRE YO Y SÚPER YO (y V)


Sabemos que la máscara del Ser, el yo, adquiere vida, puesto que es "simplemente una idea", por ser una idea "reflexiva" que es "consciente de sí misma", precisamente por las sustanciales componentes de retroalimentación o autorreflexión que lo hacen posible.
Y aquí puede apreciarse, sutilmente aunque con claridad, la diferencia del yo con el súper yo. El yo "tiene vida propia", mientras que el súper yo tiene "una vida donada y mantenida" por el yo. Sin el yo, el súper yo desaparece. Mas, también, podríamos decir que la "costra" (como parte adherida al cuerpo principal) del súper yo, acompaña y tiene una participación sustancial en el yo.
El yo crea al súper yo, pero este último puede acabar "devorando" al primero. Ya dijimos que en nuestra opinión, el súper yo es una "reminiscencia" de la evolución, por ello está incrustado profundamente en nuestra esencia como organismo, de forma que en estos precisos momentos de nuestra evolución se presenta como inevitable. De ahí que si no podemos eliminarlo, utilicémoslo a nuestro favor, evitando de esta forma, por otra parte, el indudable peligro que supone su "falta de control".
El "mecanismo" del súper yo es lo "heredado", no el componente o los elementos que lo componen. Sabemos su formidable poder, como "idea" que puede llegar a apoderarse de nuestro propio cuerpo (aunque dicha idea no tenga existencia por sí misma), por ello seleccionemos o controlemos (con la "técnica" adecuada) el tipo de ideas o elementos del súper yo, para que no sean "nocivos" para nuestro propio yo, es más, por el contrario, para que "trabajen" en nuestro "propio provecho".
No hace falta recordar la "inteligencia" del inconsciente, si lo consideramos desde el punto de vista de los diferentes "programas" que gobiernan cada una de las intrincadas funciones de nuestros organismos, que la propia Ciencia tan sólo empieza a entrever. Así mismo, el súper yo tiene un tremendo poder de control sobre el yo, sobre nuestra mente, sobre la totalidad de nuestro sistema corporal. (Recordemos como botón de muestra, la creciente importancia de las enfermedades psicosomáticas, etc.)