viernes, julio 17, 2009

FILOSOFÍA ALEMANA (SCHELLING I)

FRIEDRICH WILLHELM JOSEPH VAN SCHELLING (1775-1854)


Fue un niño precoz, pues muy joven aún publicó varios escritos geniales. Su obra central, "La edad del mundo", no apareció hasta después de su muerte. En 1841 asiste a un verdadero reconocimiento en Berlín como opositor de Hegel; entre sus oyentes filósofos tan importantes como Kierkegaard, Bakunin y Engels. Schelling también es considerado como el anti-Kant del idealismo alemán, pues al contrario que Kant intenta superar toda barrera entre la Razón y lo Absoluto. Anti-Kantiana, anti-fichtiana y anti-hegeliana es también su defensa de la naturaleza, a la que asigna una funión positiva y a la que reivindica como una manifestación intrínseca de lo Absoluto y "como el momento real-histórico de la esencia de Dios". La Naturphilosophie de Schelling es una física ético-especulativa con inspiración en la filosofía presocrática, enriquecida por el subjetivismo trascendental del idealismo alemán. Schelling soñaba con una reconciliación entre el espíritu pagano de los antiguos y el cristianismo, por la vía de una paganización de éste y una cristianización de aquél. Para Schelling, el restablecimiento de la vieja unidad entre Individuo y Cosmos, entre Filosofía y Religión, es la tarea que incumbe a la "Filosofía de la naturaleza", destinada a convertirse en "fuente de contemplación y el conocimiento de Dios".
Diríamos que el yo absoluto de Schelling es "mi" yo absoluto, y también "lo absoluto a secas", con los caracteres de divinidad, aseidad, infinitud, eternidad, omnipotencia, etc. que suelen atribuírsele.
La intuición intelectual, como en Fichte, es la aprehensión inmediata del yo en el acto de su autoplanteamiento, pero en Schelling deriva hacia la visión pura del mundo suprasensible, continuando a Platón y Jacobi.
La naturaleza que no es aún yo en acto, es ya un yo en potencia.
Para Schelling el absoluto no es expresamente ni yo ni no-yo, ni sujeto ni objeto, ni espíritu ni naturaleza, sino la raíz indiferenciada de ambos.
Yo y no-yo mutuamente se condicionan. No hay objeto sin sujeto, pero tampoco hay sujeto sin objeto.
El yo absoluto sólo puede conocerse en un acto "que rebasa la temporalidad".
Schelling se pregunta: "¿Por qué existe un mundo de objetos y sujetos finitos y no únicamente el yo absoluto e infinito?" ¡Nada es más difícil de explicar que lo finito!
Lo absoluto no es subjetivo, sino que es transubjetivo y transobjetivo, a la vez.
En opinión de Schelling, objeto y conciencia están mutuamente condicionados: la conciencia surge en tanto que el objeto aparece. Así que cabe concebir que la autoconciencia es el fin al que tendería el espíritu a través de la producción del objeto, con lo que habría toda una serie de acciones del yo que precederían a aquella autoconciencia.
Schelling nos dice que el mundo infinito no es más que nuestro espíritu creador con sus infinitas producciones y reproducciones. Nos dice que los grados de desarrollo de la naturaleza serían producciones del espíritu, mediante las que este espíritu se elevaría a la conciencia y a la libertad, así que la naturaleza de esta forma entraría a formar parte del espíritu humano. (De la obra "Paradigma". Ver "Simbiotica´s Blog").